Decía
Unamuno, que la obsesión por encontrar la rana, de las personas que se
acercaban hasta la fachada de la universidad, hacía que descuidaran la
observación de todo el retablo plateresco que la contiene, muchísimo más
importante que encontrar a dicho animal, convertido por otra parte, en símbolo
de Salamanca.
Ya sabemos
la leyenda que existe en torno a ella: "el estudiante que ve la rana, aprueba
el curso".
¡Ah
Salamanca, ciudad de leyendas!
Esto mismo
pasa en estos momentos, en que nos empeñamos en conocer lo anecdótico de las cosas y
descuidamos lo verdaderamente esencial.
Si Unamuno
volviera, se daría cuenta de que todo sigue igual, solo interesa encontrar la
rana, como en la vida, nos conformamos con la verdad sesgada y a medias.
Hoy día hay muchas hipótesis sobre qué significa la
rana sobre la calavera y os aseguro que es algo más que una leyenda, todo tiene
su por qué en el retablo renacentista.
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