¡Queridos
amigos!
Hoy quiero
presentaros a una persona muy especial, Josefa Sánchez Sousa, poeta salmantina que
pertenece a nuestra asociación: Pentadrama, además de otras como El Ateneo.
Pepita, como
la llamamos, nació en 1922, tiene noventa años, pero es una mujer lúcida y
despierta, con una sensibilidad extraordinaria que plasma en cada uno de sus
poemas.
En el 2011, se publicó su primera novela "Por
eso escribo, por eso" prologada nada menos que por D. Antonio Sánchez Zamarreño, profesor de
Literatura en la facultad de Filología de Salamanca, además de excelente poeta.
El prólogo
lo tituló:
"Josefa
Sánchez Sousa o la elegante sobriedad".
En él se
expresa así Zamarreño:
… al
enfrentarme a estas páginas, todo se me transformó en sorpresa. Esto no es un
homenaje a la amiga, sino un acto de justicia para con una escritora
espléndida, a rachas verdaderamente genial, que condensa aquí toda su sabiduría
idiomática y humana. Pepita ha visto mucho, ha pensado abisalmente y conoce muy
bien los esplendores de su lengua. Con estos tres ingredientes ha forjado una
obra de hondo calado ético y de estupendas irisaciones literarias.
…admiro en
su conjunto el rigor, la exigencia, la mesura, el instinto verbal, la
exquisitez, la audacia creativa, la juventud y el dinamismo que se desprende de
la mayoría de los textos seleccionados.
Pág 4-5 del prólogo
Este año, se
la ha requerido para aportar su larga experiencia vital, para un documental
titulado "Cosas Chiquitas" título que pertenece a uno de sus poemas.
Os dejo aquí
dos fotos del día en que lo proyectamos en nuestra asociación.
La portada
del documental, que trata sobre la gente mayor,
tiene una foto fija que son las manos de Pepita.
A esas manos
dedica ella dos poemas en su libro: "Por eso escribo, por eso", titulados: Os
beso y Expresión.
Os hago
llegar estos dos poemas, donde está su sentir.
Benditas mis
manos,
obreras de
mi mente,
tejedoras de
ilusiones
que
repartieron belleza
en blanco y
en colores.
Ahora,
cansadas, doloridas,
dibujan
palotes
que me hacen
feliz.
Benditas mis
manos.
Manos cansadas
que ella bendice, por ser el vehículo que le ha permitido expresarse como
poeta.
EXPRESION:
Mirando mis
manos, mi pensamiento gira
hacia una
divergencia de expresión:
manos que
agarran un ángel en el aire;
manos que
oran y se elevan al cielo;
amorosas
manos que vierten caricias;
manos
piadosas que enjugan lágrimas;
manos
sarmentosas crispadas en su bastón,
deformadas
por el trabajo y callosas;
manos
lacias, verticales, impotentes;
manos
sangrantes humilladas por cadenas;
manos que
suplican ante un fogonazo;
iracundas
manos alzándose al viento;
manos
garduñas que nos dejan suspendidos;
manos
repelentes con tacto de gusano;
blancas
manos por las que fluye el vacio.
Quien conoce
a Pepita no se queda indiferente, ella da lecciones de vida, de optimismo, de poeta con su rico lenguaje y su
sensibilidad, palabras que anidaron en ella cuando al "amor de la lumbre" leía para
otros, en su mocedad.
A modo de
despedida, os dejo otro poema de nuestra poeta, se titula "Lo que hice" muestra
su deseo de permanencia en el mundo poético.
Que sea así
Pepita: que aprendamos de tu sensibilidad.
Lo que hice
Si algo
bueno hice:
germine la
semilla,
que se abra
y se extienda
y desparrame
vida…
y si fue
menos bueno:
que se hunda
en la ciénaga,
que lo
trague el detritus
y lo asfixie
la tierra.
Pepita es
para todos un placer aprender de ti y tenerte cerca, lección de vida la que nos
das en cada encuentro.
¡Gracias!
Precioso post, Elena..., porque preciosa es también nuestra Pepita. ¡Besos!
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