Salamanca es
una ciudad maravillosa, con una vida literaria que podría decirse bastante
aceptable.
Hace
décadas, tuvieron otros el placer de gozar de la sabiduría de D. Miguel de
Unamuno, catedrático de griego, rector de la Universidad y de verle pasear por
sus calles. Después se convertiría en leyenda e historia viva de Salamanca.
Se fue D.
Miguel y llegaros otros ilustres vecinos, historiadores, escritores, poetas, con los que nos cruzamos
cada poco por las calles y a los que tenemos incluso la gran suerte de saludar
y que también serán historia de la ciudad.
Ya sabía
esto cuando me cruzaba con D. Gonzalo Torrente Ballester, otra de esas personas
que han engrandecido a nuestra ciudad.
Era
frecuente encontrártelo por la Gran Vía, la Plaza Mayor, el café Novelty, etc.
Su figura
era muy singular, con su bastón y sus gafas oscuras,
¡tan características en
él! y ¡qué decir de su boca! siempre como esbozando un silbido. Todo el
mundo le conocía, le saludaba. Estas personas se hacen un poco de todos.
Fue
pregonero vitalicio de la feria del libro de Salamanca, cuando el pregón se
daba desde el balcón del ayuntamiento, todo era bullicio y algarabía, una
fiesta en definitiva.
Hasta hace
bien poco, contábamos también con la presencia de D. Manuel Fernández Álvarez,
gran historiador, conocido sobre todo por el gran éxito que cosechó con su
libro: "Juana la loca, la cautiva de Tordesillas".
Era un
transeúnte habitual de la calle Zamora, y asiduo al Ateneo, que era para él
como una segunda casa, allí echaba sus partidas de ajedrez, al que era gran
aficionado.
Daba
conferencias que lo acercaban al público lector, con el que siempre se mostró
muy cercano.
Fue premio
de Ciencias sociales y humanidades de Castilla y León, pertenecía a la Real
Academia de la Historia y se le concedió la Medalla de oro de la ciudad de
Salamanca, entre otros muchos reconocimientos.
Todos ellos,
Unamuno, Torrente Ballester y Fernández Álvarez, fueron salmantinos de
adopción, pues nacieron en otras tierras y avatares del destino, los trajeron
aquí, engrandeciendo esta ciudad.
Unamuno era
vasco, D. Gonzalo gallego y D. Manuel era madrileño. Sus respectivos trabajos
en la docencia les acercarían hasta la ciudad del Tormes, en donde los tres
eligieron vivir y morir y donde su alma estará para siempre.
El
ayuntamiento dedicó la "30 Feria del libro" a Torrente Ballester, coincidiendo
con el centenario de su nacimiento: 1910 -2010.
Por tal
motivo se desplazaron hasta aquí, amigos queridísimos suyos, con el fin de que
conociéramos mejor su obra en unos casos y al hombre en otros y algunas
anécdotas que lo caracterizaban y
humanizaban .
Coleccionaba
teteras, bastones, hablaba a los magnetófonos, con los que tuvo una gran relación
de trabajo y era padre antes que escritor y docente.
Me quedo con
el mundo de su infancia, con Serantes y la casa de su abuela, donde creo que se
fraguó el escritor que sería después.
Y mi D.
Manuel, al que conocí, al que traté sobre todo por carta, la persona más sabia
y humilde que he conocido. A él lo eché
mucho de menos en esta feria del libro a donde hubiese acudido a firmar su
último libro sobre la Historia de España, pero un mes antes le sobrevino la
muerte, dejándonos a todos muy apenados pues no lo esperábamos.
A Gonzalo
Torrente Ballester, en el 2010 además de dedicársele la Feria del libro, se le erigió una escultura delante de la biblioteca que lleva su nombre, se le dedicó
una avenida, y se puso a un parque el nombre de una de sus novelas "Parque de Los gozos y las sombras", todo
está en Garrido.
Si a D.
Gonzalo se le dedicó la 30 feria del libro, la 32 feria del libro, ha honrado
la figura de D. Miguel de Unamuno, coincidiendo con el "Año Unamuno" y con el
75 aniversario de su muerte.
También se
le han rendido un sinfín de actos con el fin de dar a conocer mejor su figura,
desterrando viejos tópicos que han acompañado siempre su figura, y poniendo el
empeño en que se le conociera mejor,
tanto su lado humano como de escritor, donde ha quedado patente que el mejor
Unamuno es el poeta, así también lo sentía él.
¡Qué
orgullo para Salamanca estos tres hombres ilustres!
Mi último reconocimiento es para el poeta leonés Antonio Colinas, mucho más joven que los anteriormente citados, pero no por ello menos importante.
También es "Hijo adoptivo de la ciudad de Salamanca" por tanto salmantino de adopción, y "Medalla
de oro de la ciudad".
Antonio ha
cogido el relevo a Torrente Ballester, y es ahora el pregonero vitalicio de la "Feria del libro" la gente de las
letras esperamos su pregón siempre certero y lección magistral de literatura,
poesía, belleza, vida…
Espero que
los salmantinos sepamos arropar a este poeta como él se merece, y más ahora en
estos tiempos difíciles que nos están tocando vivir.
¡Antonio Colinas!
Un grandísimo poeta, orgullo de Salamanca y
que todavía tiene mucho que decir con su obra.
Tan pegadogioca como amena esta entrada. Has tenido la suerte de conocer personalmente a casi todos los autores, y se te nota entusiasmada y agradecida. Yo te conzco a ti, y diria que los afortunados han sido ellos. No te canses nunca de seguir investigando y publicando en este blog. Como salmantina, te agradezco infinito estas lecciones de cultura literaria que nos das con tanto cariño.Bss.manuela.
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