Queridos amigos!
quiero con esta nueva entrada en el blog, daros a conocer el libro "Encontrados: Momentos de la tierra" del fotógrafo Andrés Arroyo.
El libro es una colaboración entre el fotógrafo, la asociación cultural Pentadrama, a la que pertenezco, y otros poetas de la ciudad. Los escritores, casi todos poetas, hemos puesto nuestros versos al servicio de las fotografías de Andrés, dando como resultado un libro que es un gusto hojear y leer, un placer para los sentidos.
Tuvimos el honor de presentarlo el 19 de diciembre en el Julián Sánchez "El charro", la experiencia fue muy gratificante.
Dice Andrés Arroyo del libro: “Encontrados, es un viaje por esos momentos de la tierra, totalmente diferentes e independientes entre sí, que captan mi atención y llegan a establecer conmigo una conexión tan íntima, que brota una emoción, un algo inexplicable que se transforma en una obra.”
Los autores que han colaborado son:
Ajo Diz, Arantxa Agudo, Elena Díaz, Joao Guerreiro, José Amador Martín, J.C. López Pinto, Carmen Prada, Mª Ángeles Pérez López, Montserrat Villar, Nela Escribano, Pepa Agustín, Pepita Sánchez Sousa, Sofía Montero y Soledad Sánchez Mulas.
Os dejo mis dos poemas, junto con las fotos de Andrés Arroyo.
El libro se puede encontrar en la librería “La nave”, C/ Meléndez en Salamanca.
Espero que os gusten.
Pájaros de silencio
Los pájaros
han llegado del silencio
para posarse,
en el vértice del frio
y habitar la soledad.
Sobrevuelan el ocaso
que cubre
el corazón calcinado de la tierra,
vienen
con semillas en sus picos
a sembrar la tarde,
renace la vida bajo su mirada
y vuelan hacia la luz.
Los pájaros
han llegado del silencio
para posarse,
en el vértice del frio
y habitar la soledad.
Sobrevuelan el ocaso
que cubre
el corazón calcinado de la tierra,
vienen
con semillas en sus picos
a sembrar la tarde,
renace la vida bajo su mirada
y vuelan hacia la luz.
La vida duerme
Suplica el mimbral a la luz
que pueble las orillas
que olvidó habitar la primavera;
que la vida se imponga
a la noche desierta
y se llene el aire de promesas;
que vuelvan los pájaros
a tejer sus nidos
y se envuelva la tarde
con sus trinos.
Que solo parezca
que la vida duerme,
en las oscuras aguas
de este engañoso río de silencio.
Suplica el mimbral a la luz
que pueble las orillas
que olvidó habitar la primavera;
que la vida se imponga
a la noche desierta
y se llene el aire de promesas;
que vuelvan los pájaros
a tejer sus nidos
y se envuelva la tarde
con sus trinos.
Que solo parezca
que la vida duerme,
en las oscuras aguas
de este engañoso río de silencio.